Qué es el espolón de calcáneo y cómo tratarlo

¿Qué es el espolón de calcáneo y cómo tratarlo? El espolón calcáneo aparece por un estiramiento excesivo y continuo de la fascia plantar y el resultado es una prominencia ósea que surge en el calcáneo o parte anterior del talón.

La fascia plantar es un tejido muy resistente que envuelve los músculos y se extiende desde el talón hasta la base de los dedos del pie. Si se estira demasiado puede endurecerse, creándose el espolón calcáneo que deforma la pisada al dificultar el apoyo normal del pie, causando dolor. Existen varios tratamientos efectivos, todo dependerá del caso que se trate.

Las causas que explican su aparición

El espolón suele aparecer en aquellas personas que tienen el pie valgo (desviación del talón a la parte interna), el pie plano o las que sufren sobrepeso. De igual forma, las contracturas presentadas en el tendón de Aquiles intensifican la tensión en la fascia plantar, lo que potencia su aparición, así como los movimientos bruscos con el pie que suelen llevar a cabo algunas personas.

Se recomienda acudir a un especialista en podología a partir de los cinco años. Los padres deben llevar a consulta a sus pequeños para analizar cómo es la anatomía de los pies y cómo es la pisada. Esta es la mejor forma de prevención, pues a partir de esta edad y hasta los 14 años se puede modificar o corregir perfectamente cualquier problema anatómico. A partir de esta edad, el desarrollo hace que las alteraciones se estructuren y todo es más complicado.

Los principales síntomas del espolón

El espolón por sí mismo no tiene ningún síntoma concreto, no así la fascitis plantar. El principal indicio de fascitis plantar es el dolor que se genera en la parte interna del talón, aunque, en realidad, puede producirse en cualquier zona de la planta del pie. Este dolor aparece en forma de pinchazos que cesan en el momento en el que el pie descansa o se encuentra en reposo.

Prevención y tratamiento

No es posible prevenir el espolón, si antes no se ha incidido en la fascitis plantar. Lo que hay que hacer es un estudio exhaustivo tanto del pie como de la huella plantar y, en caso de que exista cierto desorden o desequilibrio, llevar a cabo una plantilla personalizada que repercutirá sobre la pisada, buscando el equilibrio y un mayor apoyo del pie.

Tal y como sucede en materia preventiva, no existe tratamiento alguno en relación al espolón calcáneo, pero sí de la fascitis plantar. El uso de plantillas ortopédicas está ciertamente recomendado, pues sirven para aliviar las patologías del pie con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente. Estas plantillas tienden a aliviar la tensión en la zona para que los movimientos no resulten tan incómodos y dolorosos.

Para eliminar o reducir el dolor también se utilizan las férulas nocturnas e incluso se practican ejercicios de estiramientos. Cuando la zona está inflamada, es posible reducir la inflamación mediante la infiltración de fármacos antiinflamatorios.

De cualquier forma, los avances en materia quirúrgica han hecho posible que pueda tratarse el espolón calcáneo a través de una intervención sencilla, donde se elimina el hueso sobresaliente llevando a cabo una pequeñísima incisión.

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